
La abstracción se plantea como un juego de planos interrelacionados, en donde la transparencia es un elemento constante que, además, de aportar a la composición de la obra, ésta es trazada como un collage, de pinceladas fugaces y escurrimiento de color.
La temática que circula por este periodo es de tipo existencialista y reflexivo, donde el universo y la sociedad confabulan entre un orden y un caos; lo magnánimo del mismo, planteando la duda y certeza de una realidad que es más grande que nosotros como individuos; y por tanto, trasciende tiempo y espacio.


